EVALUACIÓN DE LA GESTIÓN AMBIENTAL AGROPECUARIA. 20 años del Modelo AgroEcoIndex®
A principios de siglo, un grupo de productores del oeste de Buenos Aires le encomendó al Dr. Ernesto Viglizzo la creación de una metodología para “evaluar la sustentabilidad” de sus establecimientos. Veinte años más tarde, el Modelo AgroEcoIndex® es utilizado por administradores e investigadores para identificar, cuantificar y administrar los impactos ambientales de la producción agropecuaria.
La producción agrícola y ganadera es, desde hace ya varias décadas, una de las fuentes de preocupación ambiental más recurrentes en la sociedad en muchos países.
Si bien puede ser mucho más amigable con el ambiente que otras actividades (por ejemplo, muchas industrias o la minería), su extensión espacial y cuestiones como el elevado uso de insumos o la remoción de la vegetación natural, justifican la importancia de identificar y medir sus impactos ambientales.
Por ejemplo, el sector de agricultura, forestación y otros usos de la tierra (AFOLU, por sus siglas en inglés), representa cada año alrededor de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de Argentina. Otras cuestiones que llaman la atención de organizaciones ecologistas son la deforestación (parcialmente controlada mediante la ley de bosques), la erosión del suelo, la contaminación del aire y del agua (por ejemplo, por el excesivo uso de plaguicidas), y sus diversos impactos sobre la biodiversidad y la salud humana.
La gestión ambiental de una empresa agropecuaria es la manera en la que ésta administra sus impactos sobre el ambiente, idealmente en un ciclo de mejora continua, en lo que se conoce como “Sistema Integrado de Gestión Ambiental”. Para ello se hace necesario contar con herramientas que permitan cuantificar estos impactos de manera rápida, estandarizada, de bajo costo y de fácil aplicación.
El modelo AgroEcoIndex® fue ideado hace un poco más de 20 años, pero atravesó varios cambios y actualizaciones. Hoy contiene 18 indicadores ambientales, que constituyen herramientas cuantitativas que permiten evaluar procesos complejos de manera simple, objetiva, y comparable.
Estos indicadores están agrupados de acuerdo a los principales impactos que puede generar la agricultura sobre el ambiente: sobre el flujo de energía de los agroecosistemas, sobre los ciclos de los nutrientes, sobre la calidad del aire, el suelo y el agua (contaminación y degradación), sobre el ciclo hidrológico y sobre la biodiversidad y su hábitat.
Cada uno se expresa en unidades específicas, por una unidad de superficie y tiempo (por hectárea y por año), para permitir comparaciones entre establecimientos (para poder elegir establecimientos o sistemas productivos de acuerdo a su desempeño ambiental) y entre años (para seguir la evolución en el tiempo).
La recolección de datos para el cálculo de estos indicadores requiere el llenado de unas planillas en una entrevista con el productor o administrador, en las que se anotan las principales características ambientales y productivas, y que luego son utilizadas para la carga de datos en un software basado en Excel, de manera fácil e intuitiva.
Inmediatamente, se obtiene una valoración para cada uno de los indicadores mediante fórmulas que quedan ocultas al usuario, basadas en una metodología documentada y validada mediante varios estudios científicos.
Adicionalmente, se puede ver un “Panel de Control” en el que se comparan los valores obtenidos con rangos preestablecidos, de forma similar a un semáforo, que muestra el nivel de peligrosidad para cada uno (en tonalidades de rojo, amarillo y verde).
En dicho panel, similar a lo que ocurre en el tablero de un auto, se pueden identificar aquellos indicadores que son prioritarios a la hora de mejorar el desempeño ambiental de un establecimiento (señales de alerta).
También se puede utilizar para comparar rápidamente establecimientos o períodos de un mismo establecimiento a partir de la cantidad de verdes, amarillos y rojos en el sector central.
El Modelo AgroEcoIndex® permite conocer cuáles son los impactos ambientales de cualquier establecimiento, identificar la contribución de cada potrero, cultivo o rodeo, y buscar medidas para mejorar el desempeño de cada indicador, para así mejorar la gestión ambiental de la empresa rural.
Además, la utilización de este tipo de herramientas puede tener otros beneficios adicionales, servir como instrumento de decisión empresarial (por ejemplo, reemplazar plaguicidas, fertilizar más o menos), de valorización social y comercial (en caso de obtener buenos resultados, mostrarlo a la sociedad y a los consumidores) o para diagnosticar y monitorear cuestiones ambientales (por ejemplo, la emisión de gases invernadero o la erosión a escalas regionales o nacionales).
En el futuro cercano, se espera que sea cada vez más recurrente la necesidad de discriminar procesos productivos de acuerdo a la calidad de su gestión ambiental, de requerir cierta “auditoría social” a la producción agropecuaria, y acreditar una gestión saludable ante mercados internos y (sobre todo) externos.
Herramientas como el AgroEcoIndex® pueden utilizarse con estos propósitos, como forma de evitar que restricciones como barreras para-arancelarias perjudiquen la colocación de los productos agropecuarios en los mercados de exportación.
Si es cierto que la agricultura y ganadería argentinas son realizadas de forma compatible con el ambiente, la salud de la población y de la biodiversidad, pues seamos transparentes y mostrémoslo al mundo.