INDICE

Mar - Abr 2022  

Número 178

 

Dra. Ing. Agr. Carina R. Alvarez
M.N. 15610 * 01 * 01
Cátedra de Fertilidad y Fertilizantes, Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires
 

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COMPACTACIÓN DE SIEMBRA DIRECTA ¿QUÉ PODEMOS HACER?

Si bien la introducción de la siembra directa en el país trajo aparejados importantes beneficios, una de sus desventajas está relacionada con la posible compactación del suelo. Esta nota explora las herramientas que permiten diagnosticar la existencia de procesos de compactación en los suelos, con el fin de tender a un manejo sustentable de los mismos. 

La siembra directa se introdujo en Argentina a mediados de los 90´ y su adopción se vio favorecida por sus menores costos de producción, el ahorro en el tiempo operativo, el control de la erosión y el aumento del secuestro de carbono orgánico en los primeros centímetros del suelo. 

A pesar de sus numerosas ventajas, la siembra directa puede afectar negativamente algunas propiedades físicas del suelo superficial, ya que se reduce la formación mecánica de macroporos debido a la ausencia de labores mecánicas y hay una tendencia a formar estructuras laminares y masivas. Todos estos efectos se ven incrementados por el tránsito de maquinaria pesada que produce la compactación del suelo de los primeros 40 cm, especialmente cuando el suelo está húmedo; así como rotaciones simplificadas con predominio del cultivo de soja. 

La compactación constituye una de las principales alteraciones de la estructura en los suelos bajo distintos sistemas de manejo. La compactación puede definirse como un proceso de compresión del suelo en condiciones no saturadas de agua, que implica una disminución de volumen y/o la deformación del suelo frente a la aplicación de un estrés o presión (ej. Tránsito de maquinaria).

Hay distintas herramientas o variables que nos permiten diagnosticar la existencia de procesos de compactación en nuestros suelos, incluyendo determinaciones de campo como la densidad aparente, infiltración, resistencia mecánica y técnicas sencillas para evaluar el estado de la estructura.

Entendiendo los procesos para mejorar el manejo

El suelo se encuentra siempre en un equilibrio dinámico (Figura 1). Supongamos una condición física inicial del suelo i sobre la que se aplica un estrés, una fuerza, ya sea por tránsito de maquinaria, laboreo o pisoteo animal. El cambio de su condición física dependerá de la capacidad portante o de la susceptibilidad a la compactación que tenga el suelo para resistir la fuerza aplicada. La capacidad portante (“piso”) que tiene el suelo está relacionada directamente con la humedad del mismo. 

Cuanto más seco, más capacidad portante y, cuando su humedad está levemente sobre la capacidad de campo, la capacidad portante es la más baja. O sea, de la combinación de ambos factores: por un lado, el estrés aplicado y por el otro, la capacidad del suelo para resistirlo, resultan en que el suelo adquiere una nueva condición física ii. Pero ahí comienzan a actuar procesos naturales abióticos y bióticos responsables de la regeneración o recomposición de la estructura de los suelos. Estos procesos no se expresan en todas las condiciones con igual intensidad. Por ejemplo, la expansión contracción tiene mayor intensidad en suelos que tienen mayor contenido de arcilla y, a su vez, se expresa más a mayores ciclos de humedecimiento secado del suelo. 

Las raíces y la biota del suelo son mecanismos fundamentales para la regeneración. La estructuración producida por el enredado de las raíces o bien por la mayor cantidad que ciclos de humedecimiento secado que producen, sumado a un suelo que sea propicio para la macrofauna edáfica, son fundamentales para lograr una nueva y más favorable condición física del suelo iii luego del estrés aplicado (Figura 1).



FIGURA1: Dinámica de la calidad física del suelo en el tiempo considerando la aplicación de estrés, la capacidad portante y los mecanismos de regeneración naturales.



Una lista de acciones para prevenir o corregir la compactación 

Hay numerosas acciones o prácticas que podemos realizar para prevenir o remediar la compactación. En general, resulta menos costoso, más sencillo y perdurable prevenir que corregir la compactación. En la Figura 2 se presentan medidas preventivas de la compactación y de remediación. Algunas trabajan sobre el control de fuerza aplicada (estrés). Y otras, sobre la capacidad del suelo para resistirlo, capacidad portante. 

Medidas como ordenar el tránsito de cosecha descargando en cabecera o en calles intermedias, han mostrado tener un importante impacto sobre el rendimiento en el tiempo. 
O bien, aumentar el ancho del neumático con el fin de reducir la presión aplicada. En el caso de planteos mixtos, el manejo de la carga y el tiempo de pastoreo según la capacidad portante del suelo son las prácticas claves. 
Si pudiéramos -aunque no siempre- cosechar con un buen piso, atenuaríamos la compactación. Y si a todo esto sumamos la acción positiva de las raíces y biota, todo es a favor. La presencia de raíces disminuye, por un lado, la susceptibilidad del suelo a la compactación, pero también es un mecanismo de remediación natural o biológico (Figura 3). 

Los cultivos de cobertura ofrecen numerosos beneficios para nuestros sistemas productivos, lo que facilita su incorporación, porque puede ser valorados esos beneficios por una reducción de costos. Son ejemplo de ellos, la posibilidad de fijar nitrógeno si hay leguminosas en su composición o disminuir el uso de herbicidas. 
Finalmente, la remediación mecánica (paratill, paraplow, cultivie, etc.) tiene un alto costo energético y baja perdurabilidad en el tiempo. El pasaje de escarificadores deja al suelo con menor capacidad portante y más susceptible a ser compactado si las labores siguientes se realizan con el suelo húmedo. 

Nada mejor que apelar a mecanismos de agregación biológicos (raíces, macrofauna) para asegurar una buena calidad física del suelo que perdure en el tiempo. 



FIGURA 2. Prácticas preventivas y de remediación que permiten manejar la compactación del suelo (adaptado de Chamen et al. 2015).




Figura 3. Beneficios de la realización de cultivos de cobertura.



Resumiendo, el conocimiento de los procesos involucrados en la compactación nos permite realizar un conjunto de prácticas de manejo factibles en nuestro contexto productivos para prevenir o revertir la mínima y, así tender a un manejo sustentable de los suelos. 

Más información en: Alvarez, C. R, Fernandez, P.L. (ex aequo), Taboada, M.A., Cosentino, D.J. 2018. Compactación en sistemas agrícolas y mixtos en la Pampa Ondulada argentina. En: Compactaciones Naturales y Antrópicas en Suelos Argentinos. Editoras: P. Imbellone y C. R.  Álvarez: 450-495. Editorial: Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo. Descarga completa gratuita del libro en: http://www.suelos.org.ar/sitio/nuevo-libro-aacs-on-line-compactaciones-naturales-y-antropicas-en-suelos-argentinos/
Chamen, W. T., Moxey, A.P., Towers, W., Balana, B., Hallett, P.D., 2015. Mitigating arable soil compaction: A review and analysis of available cost and benefit data. Soil Tillage Res.146, 10-25.